* Por Christian Reilly, Chief technology officer at Citrix.
La inteligencia artificial (IA) pareciera ser el tema del momento. Todos hablan de ella, y hay cada vez más productos informáticos que incluyen algún tipo de tecnología basada en IA, desde los algoritmos del aprendizaje automático (machine learning) hasta las redes neuronales y el aprendizaje profundo. En este contexto, es tentador pensar en la IA como otro caso de bombardeo publicitario, una moda que pasará dentro de pocos meses. Pero por muchos motivos, la IA llegó para quedarse.
En primer lugar, es importante recordar que la IA en realidad no es nueva. Desde la historia antigua, la inteligencia artificial es un tema recurrente en la historia de la literatura. La IA moderna –es decir, computacional– data de la década de 1950 cuando una computadora aprendió a desarrollar su propia estrategia para un juego de mesa. La década de los 80 vio una oleada de sistemas expertos diseñados para dar apoyo a profesionales humanos en diversos campos, mientras que en las décadas de los 90 y 2000, los sistemas basados en IA se utilizaron para la minería de datos relacionada con negocios y las investigaciones médicas, entre otras cosas.
El auge de interés en la IA en la actualidad tiene su origen en dos acontecimientos recientes. En primer lugar, la potencia informática y las capacidades de almacenamiento se han vuelto increíblemente económicas. En la década de los 50, por ejemplo, el hardware de almacenamiento que podía alojar 3,75 MBytes de datos –el espacio de almacenamiento …