El universo es increíblemente vasto, tanto así que nosotros somos prácticamente una partícula de polvo dentro del infinito del espacio. Es por ello que es difícil creer que seamos la única forma de vida inteligente en el universo y durante muchos años nos hemos dado a la tarea de averiguar si hay alguien más allá afuera. En 1950 el físico Enrico Fermi se preguntó que, dado el tamaño y edad del universo además de la probabilidad estadística de que la vida pueda emerger en otros sistemas solares, ¿por qué la humanidad no ha podido encontrar ninguna señal de vida inteligente en