Fundada en 2020, la startup chilena Quansa detectó que el endeudamiento chileno superó el 76% de los sueldos y, como consecuencia, el 70% de los trabajadores siente que no tiene control sobre sus finanzas, traduciéndose directamente a consecuencias negativas para la compañía: mayor depresión, dispersión, absentismo y menor rendimiento en el trabajo.
Para enfrentar esta situación, Quansa proporciona orientación financiera personalizada, ayuda a los colaboradores a salir de las deudas utilizando sus propios recursos, les permite retirar en cualquier momento del mes una parte de su sueldo – proporcional a los días y horas trabajadas – y también les identifica las mejores opciones de crédito para sus necesidades
“Durante la pandemia, los beneficios ganaron aún más relevancia frente a la necesidad de apoyar a los trabajadores ahora enfrentados a nuevos desafíos”, explica a AméricaEconomía Mafalda Barros, cofundadora de la startup y que ha levantado US$ 3,6 millones en una ronda de capital semilla en julio de este año. “Se destacaron soluciones direccionadas para la salud mental y financiera de los profesionales, como contrapeso al aislamiento, reducción de sueldos y gastos extra con salud”, añade.
Como el caso de Quansa, la pandemia ha acelerado el interés por las startups que combinan servicios de fintech y HR Tech (tecnología financiera y de recursos humanos, respectivamente) que facilitan la relación de la compañía con sus colaboradores, como también ayudan a cuidar su salud financiera.
Una de ellas es Clara, la compañía mexicana de gestión de gastos al interior de las empresas. La startup anunció también en julio …