Cuando Apple anunció, en 2018, que su reloj inteligente incluiría un electrocardiograma (ECG) y la capacidad de detectar arritmias como la fibrilación auricular, no tardaron en aparecer los profetas del desastre. Desde medios reputados hasta cardiólogos aparentemente desbordados por su imaginación, pasando por muchos comentaristas habituales, no faltaron opiniones y titulares que predecían un inenarrable …