Los hidroala –hydrofoil en inglés– son un tipo de embarcación que monta unas alas bajo el agua de tal forma que en cuanto alcanzan la suficiente velocidad estas empiezan a generar sustentación, como si fueran las alas de un avión. Con esto levantan el casco del agua, lo que elimina su rozamiento con el agua y les permite alcanzar velocidades muy superiores a las de embarcaciones convencionales. Pero la cavitación impide que alcancen velocidades superiores a unos 110 kilómetros por hora, lo que tampoco está nada mal.
Sin embargo en la década de los 60 el ingeniero soviético Rostislav Alexeyev, especializado en el diseño de hidroalas, tuvo la idea de sacar por completo las alas del agua y utilizar el efecto suelo para hacer que la embarcación no tocara en absoluto el agua, eliminando el problema de la cavitación. Eso, decía, les permitiría alcanzar velocidades imposibles para los hidroplanos normales.
El efecto suelo es muy conocido por los pilotos de aviación. Es ese que, cuando un avión está a punto de aterrizar, parece tender a mantenerlo a unos metros del suelo; es como si se formara un colchón de aire debajo de las alas que tiende a mantenerlo flotando.
Estos vehículos recibieron la denominación de ekranoplanos (экраноплан) como una derivación de afecto suelo en ruso, que se escribe экранный эффект, ecranniy effect.
Tras hacer algunos modelos a escala y pequeños modelos de prueba Alexeyev fue capaz de convencer a las autoridades soviéticas del potencial uso militar de los ekranoplanos, con …