¡Una máquina de hacer miles de operaciones matemáticas por segundo! El ingeniero Beltrán debió haber pensado que alguien le estaba tomando el pelo, así que cuando pudo, viajó a Estados Unidos para verlo con sus propios ojos. Con lo que se encontró fue con gabinetes gigantescos, de más de un metro y medio de altura en los que la "magia" ocurría.
El ingeniero Beltrán no debió haber tenido ninguna referencia para lo que vería entonces, cuando en un 1955, la industria informática tenía poco de haber comenzado, y ningún indicio de hacerlo pronto en México y América Latina.
Pero cuando el ingeniero lo vio con sus propios ojos, supo que la Universidad Nacional Autónoma de México debía tener una.
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Una computadora que los tiempos necesitaban
Los registros de la UNAM indican que investigadores de la universidad estaban en ese entonces trabajando con problemas aplicados a la mecánica de suelos en Ciudad de México, aunque no se específica para qué era el proyecto. El tema es que la investigación necesitaba de cálculos permanentes de los que se encargaban investigadores de la universidad, pero continuarlos de la manera en que se hacía era sumamente costoso.
Y entonces, el ingeniero Sergio Beltrán se enteró que había una máquina capaz …