Hay piedras que sanan silenciosamente, susurrando suavemente sus verdades. Y luego está la pietersita, una piedra que no susurra, sino que ruge con la luz de la tormenta. Es el hogar y la lluvia, el relámpago y el anochecer. Despierta, conmueve, habla al cielo salvaje que llevas dentro. Llevar un anillo o una pulsera de …