Llevamos midiendo los segundos con un reloj atómico de cesio desde 1967. Hoy contamos con una tecnología mucho más precisa: los relojes ópticos basados en el átomo de estroncio. Son tan precisos y estables que, si hubiéramos puesto uno en hora en el momento del Big Bang, ahora estaría atrasado sólo un minuto y medio.Read more...