El otro día me crucé una vez más con el precioso detalle de la partida de ajedrez en Metamorfosis II (1940) uno de los grabados en madera que está en el #1 de mis obras favoritas del conocido artista neerlandés. Reconfirmando si ese final de partida intenta transmitir algo más miré un poco por ahí y encontré un comentario en Belgian Chess History donde se desgrana de nuevo el tema.
La posición es, cuando menos, entretenida: la dama negra está dando jaque al Rey blanco, por tanto las negras acaban de mover y es el turno de las piezas blancas. Tras una captura obligada con la torre de la dama en g1 (el rey no puede capturar porque la dama está protegida por el alfil negro de b6) las blancas ganan moviendo el caballo negro a f2: jaque mate. Sin embargo, el análisis retrógrado –como los que planteaba en sus libros Raymond Smullyan– no es tan simple.
La está claro que la dama negra acaba de llegar a la casilla g1 para dar el jaque, pero, ¿de dónde viene? Tiene que ser de alguna de las casillas de la diagonal: f2, e3, d4 o c5. Y probablemente lo hace capturando, aunque no es seguro. Pero, lo más importante, ¿por qué si viene de alguna de esas casillas las blancas no han dado mate antes con la dama o la torre en la fila 8, si el rey está encerrado en la esquina de su enroque?
Puede haber varias explicaciones. La …