La solución está en los datos.
No es ninguna sorpresa: en la Ciudad de México llegar del punto A al punto B es una pesadilla. El índice de tránsito TomTom del 2017 dejó a la capital mexicana en el último puesto entre las peores ciudades para conducir. Waze ha arrojado resultados similares posicionando a la capital mexicana como la quinta peor ciudad para conducir, tras tomar en cuenta el tránsito, la calidad de la infraestructura vial, los accidentes y otros factores.
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Pero la pesadilla vial no es exclusiva de los automovilistas. Ir hacia donde todo el mundo va en horas pico no es mejor ni sobre la tierra ni debajo de ella. Utilizar el transporte público casi siempre es una actividad lenta, cansada e incómoda. Tanto es así que la Comisión de los Derechos Humanos de la ciudad consideró que el metro viola el derecho de los ciudadanos a un nivel de vida y a una movilidad adecuados.
Integrar al transporte privado en la ecuación es relevantePara el Instituto de Políticas para el Transporte (ITDP por sus siglas en inglés) la falta de información y comunicación entre los sistemas de transporte, así como el crecimiento caótico de la urbe y la poca inversión que se ha hecho en la materia, dificultan la mejora en la movilidad y minan la calidad de vida de los capitalinos.
Ante esto, el ITDP ha recomendado una serie de medidas en movilidad que podrían hacer de la Ciudad de México una ciudad más inteligente que ofrezca alternativas y …