A principios de este mismo mes y en plena campaña electoral, el gobierno de Obama acusó al Kremlin de interferir en este proceso. ¿La razón? Que, según Washington, Rusia se había visto implicada en el último hackeo contra el Comité Nacional Demócrata acontecido este mismo verano. Una filtración que acabó con WikiLeaks haciendo públicos hasta 20 mil correos electrónicos de sus más altos representantes y un suceso tremendamente controvertido.

De hecho, fue la semana pasada cuando James Clapper, director de Inteligencia Nacional, publicó un comunicado en el que la señalaba directamente. Unas acusaciones que ha desestimado Putin pero que, sin embargo y tal y como afirma la NBC News, podrían llegar a costarle un ciberataque “sin precedentes” liderado por el gigante americano.

La ofensiva de la CIA

Según informa este medio, la ofensiva estaría liderada por la CIA y constituiría la represalia por la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales; una incursión clandestina “y de amplio alcance” de la que estarían al corriente “altos funcionarios y ex funcionarios” del gobierno estadounidense, aunque no han trascendido los detalles concretos sobre el ataque (algo razonable, obviamente).

Así, la Casa Blanca habría dado vía libre a la agencia para elaborar un plan con el que devolverle a Rusia la jugada. Y lo harán, tal y como han contado algunas fuentes a la NBC, con algunas informaciones que tendrán que ver con el mismísimo presidente Putin, de quien aseguran poseer “ciertos datos”.

Entre estos se encontrarían algunas “tácticas sucias” e …