Pocas empresas tienen la capacidad de liderar y normalizar progresos tecnológicos. Apple es una de ellas. Y la carga inalámbrica es el nuevo campo en el que volverá a demostrarlo.
Los nuevos iPhone 8 y iPhone X son los primeros modelos en incorporar tecnología de carga inalámbrica. Lo hacen bajo el estándar Qi, desarrollado e impulsado por compañías tecnológicas como Samsung, Sony, Huawei y, más recientemente, Apple. Pero la tecnología de carga inalámbrica, en realidad, no es una novedad en esta industria. Algunos de los teléfonos más populares de Samsung —como el Galaxy S6 o el Note 8— ya ofrecían esta posibilidad a sus consumidores. El único requisito era adquirir un cargador compatible, que nunca —salvo promociones temporales— se incluyó en la caja del teléfono. Lleva años en los teléfonos más populares del mercado, pero nunca ha logrado normalizarse y expandirse entre las masas. Pese a ello, la tecnología de carga inalámbrica nunca ha llegado a despegar. Al igual que el NFC, ha estado presente en el interior de muchos teléfonos móviles durante años. Y muchos de sus propietarios ni siquiera son conscientes de ello. Ni las campañas de marketing, ni las promociones temporales ni el impulso de las propias compañías ha sido suficiente para hacer que el estándar Qi y la carga inalámbrica reemplacen definitivamente al cable tradicional. Ahora, con la entrada de Apple en esta tendencia, la situación podría dar un giro completo. La compañía de Cupertino es conocida por tomar tecnologías relativamente longevas y normalizarlas entre las masas. …