El director argentino Sebastián Borensztein se atreve a retratar los vuelos de la muerte en Kóblic, su segunda película protagonizada por Ricardo Darín.
Cuando uno piensa en la represión de las dictaduras, no puede menos que asombrarse al saber que algunos las añoran, las justifican o las prefieren. Aseguran, por ejemplo, que en ellas al menos hay paz y orden, y uno supone que se refieren a la paz de los cementerios y al orden con que se encuentran distribuidas allí las lápidas. Y eso cuando las víctimas de la represión aparecen porque, si no, ni siquiera existe para ellas, digamos, esa paz y ese orden. Como para muchas de aquellas que lo fueron de los llamados vuelos de la muerte durante la última dictadura cívico-militar en Argentina, asunto que aborda Sebastián Borensztein en Kóblic, su nueva película.
Los que fueron arrojados al mar
En la primera hora de madrugada de un miércoles, el 24 de marzo de 1976, el general José Rogelio Villarreal le dijo lo siguiente a la presidenta de Argentina, Isabel Martínez de Perón: “Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted queda arrestada”. Era el comienzo del golpe de Estado que instauró la dictadura de la junta militar, entre ese día y el 10 de diciembre de 1983, en el único país del Cono Sur que hasta ese momento y por entonces era una democracia.Argentina era por entonces el único país del Cono Sur con una democracia hasta el golpe de Estado de …