Pasaron siete largos años para que Techland lance un nuevo ‘Dying Light’, un título que mezcló el parkour con los zombis con resultados muy buenos, prometiendo una secuela que mejore todos los aspectos del primer juego.
Por fin tuvimos la oportunidad de jugarlo, confirmando que los juegos de zombis pueden seguir vigentes, manteniendo la diversión como factor principal, pero con un potencial que no se aprovechó como se prometió.
Nada es para siempre
Estamos ante un juego que se desarrolla 20 años después del primer título, experimentando con todo tipo de virus para buscar la cura definitiva mientras la población sigue sobreviviendo. Lamentablemente la enfermedad logró mutar para convertirse en algo más peligroso, convirtiéndose en la nueva maldición de la sociedad.
Nuestro protagonista es Aiden Caidwel, un corredor nocturno que vive a las afueras de la Villedor, la ciudad en la que se desarrolla todo. Aiden tiene como objetivo buscar a su hermana desaparecida cuando eran niños y fueron usados para diferentes experimentos.
Tendremos una pista del paradero de nuestra hermana y ese será todo lo que necesitaremos saber, en apariencia no suena mal, pero es una realidad que la trama no se desarrolla de la manera deseada, existen muchas conversaciones y misiones que no aportan nada a la trama, en algunos casos solo la complican.
La narrativa era uno de los puntos más atractivos por parte de los desarrolladores y sin duda dejan mucho que desear, inclusive en …