Publicado por: El Espectador
Publicado en: 21/11/2016 07:40
Era sólo una tarea, pero por su complejidad debían trabajarla durante todo el semestre: tenían que crear un proyecto enfocado en el mejoramiento de la calidad de vida de adultos mayores, a través de lo que habían aprendido en su carrera de ingeniería electrónica. De ahí en adelante, lo que se les ocurriera; estaba en sus manos. O bueno, después de una larga investigación, Jorge Neira, Wálter Marín y Julián García se dieron cuenta de que, más bien, estaba en sus ojos.Estos tres estudiantes de la Universidad Central crearon una silla de ruedas que se controla con el movimiento de los ojos. Al levantar la mirada, se mueve hacia adelante. Al bajarla, el vehículo retrocede. Y al mirar para los lados, gira hacia la izquierda o la derecha.El proyecto, explica Neira, se basa en la electrooculografía, una técnica biomédica que recoge las alteraciones que producen los movimientos del ojo.Todos los seres humanos somos un circuito eléctrico. Cuando un músculo se mueve, emite pequeños voltajes, que se convierten en señales. Lo que hicieron los tres estudiantes fue analizar esas señales para hallar la forma de captarlas y amplificarlas.Luego filtraron la onda producida por el movimiento, para limpiarle los ruidos, y la transformaron en un número: hacia arriba es el uno; hacia abajo, el dos; hacia la izquierda, el tres, y hacia la derecha, el cuatro. Esta información numérica se envía por Bluetooth al centro de control de los motores de la silla, que finalmente captan el comando y se mueven en …