En 2007, la CNBC hizo a Steve Jobs una de las primeras entrevistas tras la presentación del iPhone original. Aquello era tan nuevo, que el periodista Jim Goldman le preguntó por qué era tan importante aquel dispositivo para Apple. La respuesta de Jobs fue clara: "Vamos a cambiar las expectativas de lo que se espera de un dispositivo de bolsillo. El iPhone cambiará completamente la industria de la telefonía y nos dará algo no sólo mucho más potente [...] también será diez veces más fácil de utilizar. Pienso que es ahí hacia donde va el mundo".

Muchos vieron la primera versión presentada en 2007 como un deportivo futurista. Algunos no les auguraron mucho éxito, recelosos: la competencia ya parecía tener cosas similares (porque llevaban cuatro ruedas y un volante, parece). Estoy convencido de que las marcas que se reían del terminal de Apple en aquel momento, no durmieron mucho aquella noche.

El iPhone hoy en día es un vehículo de lujo blindado. El mejor que existe. Aquel deportivo ha ido evolucionando y mejorando sistemáticamente, en cada generación, cada una de sus posibilidades y características, puliendo los detalles, las intenciones. El blindaje es contra los cantos de sirena de cierta parte de la tecnología que piensa que la innovación es buscar el asombro por ella misma sin importar su utilidad. Pero el iPhone sigue impasible - imparable - con su misión y sus valores fundacionales, llevándolos - eso sí - más lejos en cada generación.

Ficha técnica de los iPhone 15 …