Voy ya camino de una semana con iOS 26 en mi iPhone 16 Pro. Durante estos días me he dado cuenta de algo. Y es que esta vez, la experiencia no es solo diferente por el rendimiento o las mejoras generales del sistema. Es diferente porque, literalmente, hay funciones que algunos amigos con iPhone 14 Pro o iPhone 15 no pueden ni siquiera tocar.
No es algo nuevo: ya pasó el año pasado cuando llegó Apple Intelligence, pero con iOS 26 quizás no salta tanto a la vista al principio. El espectacular rediseño Liquid Glass está disponible para todos desde el iPhone 11 (los iPhone XS y XR se han quedado fuera). Pero cuando empiezas a profundizar en las nuevas funciones, ahí es donde realmente notas la diferencia según el iPhone que tengas.
En mi círculo de amigos, varios se han animado a instalar la beta, y las conversaciones han sido muy variopintas. No es tanto una cuestión de rendimiento, sino de funcionalidades puras y duras.
La realidad de iOS 26: una experiencia a varias velocidades
Apple no lo hace por fastidiar (aunque a veces pueda parecerlo). Hay razones técnicas reales detrás de muchas de estas limitaciones, especialmente cuando hablamos de Apple Intelligence. Pero también es cierto que algunas decisiones generan esa sensación de que tu iPhone, que hace apenas dos años era lo más avanzado del mercado, ahora se queda en tierra de nadie.
Lo que me ha llamado la atención es cómo iOS 26 crea diferentes experiencias según …