En 1859, las líneas de telégrafo —el tatarabuelo de Internet— ya conectaban entre sí los países avanzados del planeta, uniendo Europa y América del Norte a través del Atlántico. Sin embargo, entre el 1 y el 2 de septiembre de ese año, ocurrió algo que provocó que ambos continente volvieran a quedar temporalmente aislados.
Ahora, un estudio científico de la Universidad de California nos advierte que podríamos volver a sufrir algo similar; o, en realidad, algo bastante peor, pues nuestra dependencia de las telecomunicaciones y de la tecnología es ahora muchísimo mayor que entonces.
Y es que, en ambos casos, el culpable de ambos sucesos sería el mismo: el propio Sol. O, más concretamente, las tormentas solares.¿Qué efectos tiene una tormenta solar?
Las tormentas solares son un fenómeno bastante habitual. Pero ni siempre muestran la misma virulencia, ni siempre afectan con la misma fuerza a nuestro planeta. Sin embargo, en algunos casos, la 'llamarada solar' es tan potente y nos da tan de lleno que la magnetosfera terrestre queda temporalmente deformada.
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