«Parque de Atracciones de Madrid, desierto». Eso decía el pie de mi primera foto en Instagram, en febrero de 2012. ¿«Early adopter»? Sí, estuve en ese 5% de usuarios iniciales, como en Twitter (en ambas soy @pabloherreros). Pero no supe bien cómo usar Instagram ni qué hacer hasta hace poco. Despistado, como ella misma, que fue mutando hasta no parecerse hoy en nada a cómo nació.
Los enlaces en las «stories» y el vídeo le dieron lo que le faltaba a su dueño, Facebook, para convertirla en su gallina de los huevos de oro. Y el ingrediente secreto catapultó sus ingresos. ¿Cuál es? El mismo que usó la matriz: rebajar el alcance natural de tus fotos para que cada día las... Ver Más