Hay un problema que afecta a todas las redes sociales desde hace mucho tiempo: el contenido que incita al suicidio, los vídeos publicados para destrozar la autoestima de los seguidores, o incluso los suicidios transmitidos en directo. Instagram no es una excepción. Adam Mosseri, jefe de la compañía, admite que hasta ahora no se ha