Los fraudes y las estafas, especial (pero no únicamente) las perpetradas online, se han convertido en fenómenos comunes que afectan a personas de todas las edades y contextos. Y sí, también a jóvenes adultos versados en informática.
Y si bien la primera reacción suele ser preguntarse por qué un 'usuario medio' no fue capaz de ver las señales de una estafa (muchos lo hemos hecho), también hay que recordar que ese tal 'usuario medio' no es más que una abstracción.
Las respuestas a esa pregunta pueden ser múltiples: desde el mero despiste de quien no le da mucha importancia pulsar un enlace mientras centra su atención en otra cosa, hasta la persona a la que convencen recurriendo a su vulnerabilidad emocional y/o económica, las explicaciones pueden ser tantas como usuarios hay.
Por eso, es importante dejar claro que, más allá de la abstracción, no cabe culpar al usuario concreto de haber sido víctima de una estafa.
Aunque sólo sea porque es un enfoque que perpetúa el estigma, y dificulta la lucha contra estos delitos, pues muchas víctimas no denuncian estos delitos debido a la vergüenza y/o la falta de apoyo institucional.
En Genbeta
Casi la mitad de los usuarios españoles sufrió una estafa online (o un intento) en 2023. Y poco más de la mitad de ellos denunció
Así es, las víctimas de los ciberdelitos presentan una tasa de denuncia mucho menor que las víctimas …