Muchos amamos los videojuegos por la habilidad que tienen para transportarnos a mundos que de otra manera sería imposible conocer. Lo mejor de este medio es que a diferencia de cosas como el cine o la literatura, nos hace participes directos y no sólo meros espectadores de una historia o situación, permitiendo que nuestras acciones afecten de manera sustancial al entorno que nos rodea. Muchas veces el tipo de contexto en el que se nos pone es lo menos importante, pues a pesar de lo impresionante que es visitar un universo de fantasía o ciencia ficción, también existe magia en vivir experiencias realistas dentro de un entorno virtual. Project CARS 2 busca justamente esto último a través de refinar lo conseguido por su antecesor, presentando el discurso de que como simulador de manejo, está listo para competir con los más grandes de la industria.