No se suponía que los humanos conquistáramos los cielos. Mucho menos que saliéramos de nuestro planeta. A inicios del siglo pasado, dos hermanos estadounidenses decidieron romper con paradigmas propios de la naturaleza para que la humanidad pudiera cumplir su sueño de volar. A partir de ese momento no fuimos los mismos y, a pesar de que actualmente podemos dar por hecho el tomar un vuelo a cualquier destino del planeta, la realidad es que hay un fuerte trasfondo de muchos tipos incluido el filosófico sobre lo que representa haber despegado los pies de la tierra. Hace unos días en el X019 celebrado en Londres, pude probar la nueva versión de Microsoft Flight Simulator, la cual, solo reafirmó la fuerte pasión que siento por la aviación.