Comenzó cuatro meses después de que se iniciara el experimento. Hasta principios del mes de julio de 1945, Lester Glick no había experimentado ningún problema a la hora de visitar restaurantes “para ver comer a la gente”. Había seguido al pie de la letra la “regla de los amigos”. Ese día, al igual que en días anteriores, había salido de casa, y como el resto de sujetos de prueba, acompañado de otro miembro. Juntos tuvieron que ver como una joven pedía unas jugosas chuletas de cerdo para finalmente comerse sólo la mitad. El colmo llegó cuando pidió una deliciosa tarta de queso, la cual y tras jugar con ella, la joven apartó, pagó la cuenta y salió del restaurante. Ese día, los dos jóvenes estallaron.Read more...