Las Teresitas es una playa artificial construida hace 50 años con el propósito de incentivar el turismo en las Islas Canarias. Ubicado cerca del noroeste africano, este archipiélago español recibe cada año a visitantes tanto nacionales como extranjeros. Sin embargo, más allá de ser un destino de descanso y recreación, también funciona como un santuario para tiburones en peligro de extinción.
Esta es la historia de cómo un sitio casi en el olvido se convirtió en un lugar lleno de valor cultural y biológico. Para ello nos tenemos que remontar a la década de 1970 cuando comenzó la transformación del lugar. Debido a su arena negra proveniente de la lava de los volcanes, comenzó una tarea titánica: traer arena del Sahara.
El terreno pedregoso pasó a ser una playa de apariencia paradisíaca al mero estilo de los destinos caribeños. Para ello, las autoridades españolas emprendieron el traslado de más de cuatro millones de sacos de arena dorada desde el Sahara Occidental. No obstante, además de dar lugar a un estética turística, se convirtió en un espacio para la cría y conservación de un tiburón.
Bajo el nombre científico Squatina squatina, mejor conocido como tiburón ángel, este peculiar animal marino, de cuerpo aplanado, ancho y de casi dos metros y medio de largo, fácilmente podría confundirse con una mantarraya por su forma poco común. Su peculiaridad es ser un depredador ágil, ya que se entierra bajo la arena como camuflaje para emboscar a …