La familia Nexus ha pasado a mejor vida. Los teléfonos de Google ahora se conciben en el seno de la familia Pixel, donde conviven todos sus productos de hardware. Los Pixel y Pixel XL son los primeros smartphones en dar este paso. Un nuevo comienzo.En 2010, Android era un prometedor retoño, un diamante en bruto. El potencial de la plataforma era visible desde aquellos primeros momentos, pero, en el largo camino hacia el éxito, muchas cosas podían salir mal. Android necesitaba, por lo tanto, un guía que iluminase el camino correcto a todos los partners.
Ese guía se llamó Nexus One, el primer teléfono “de Google” —con el permiso del HTC Magic—. Manufacturado por HTC, el Nexus One montaba el mejor hardware del momento: pantalla AMOLED, 512 MB de memoria RAM, un procesador mononúcleo de 1 GHz… Y lo mejor de todo: la última versión del sistema operativo Android. Era el espejo en el que debían mirarse el resto de fabricantes que quisieran integrarse en la plataforma Android.
[caption id="attachment_924647" align="aligncenter" width="600"] El Nexus 6P fue el último teléfono de la familia Nexus. Cedió el testigo al nuevo Google Pixel.[/caption]
Al Nexus One le sucedió, meses más tarde, el Nexus S. A este, el Galaxy Nexus —uno de los mejores teléfonos Android jamás fabricados—. Y así se sucedieron hasta llegar al Nexus 6P, manufacturado por Huawei y lanzado al mercado en 2015.
Durante ese camino, la familia Nexus quedó marcada por muchos prejuicios: cámaras mediocres, precios muy oscilantes, disponibilidad reducida, …