En lo más profundo del inconsciente colectivo de los que habitamos la Ciudad de México (y estoy seguro que también en la población del resto del país) existe ese miedo a un próximo terremoto se presente y sea igual o más destructivo a los que pasaron en 1985 y 2017.

Si bien, ya se ha mostrado que la correcta implementación de las leyes de construcción en México pueden ayudar a que los daños ante un terremoto sean mínimos. También hace unos meses quedó al descubierto que la corrupción y poco interés de nuestros gobernantes puede quitar más vidas que un sismo. Provocando que el miedo prevalezca frente a la incertidumbre de lo que podría pasar, o a vivir lo mismo que los damnificados de Oaxaca, Puebla, Morelos y de la Ciudad de México.

Después del sismo del pasado 19 de septiembre los mexicanos, que aunque suene a cliché, nos volvimos a unir colaborando, informando y salvando vidas. Incluso varios países y empresas de talla internacional donaron recursos para apoyar a los damnificados en todas las zonas dañadas.

De acuerdo a los damnificados la solución del Gobierno de la Ciudad de México ha sido ofrecer Créditos de Vivienda en lugar de construir con el dinero donado

Sin embargo, varios meses después, aunque el gobierno dice lo contrario, los apoyos siguen sin llegar, incluso hay millones de pesos perdidos en apoyos. Creando la duda en las instituciones que dicen apoyarnos.

En la Ciudad de México varios …