La forma en la que cualquier videojuego fue hecho, se refleja claramente en el producto que se le entrega a los usuarios. En 2010, el corazón de más de uno fue completamente destrozado al ver el resultado de Final Fantasy XIV, aproximación online a la serie por medio de un MMORPG en el que absolutamente todo salió mal. Tres años más tarde, el golpeado equipo de Naoki Yoshida no tuvo más opción que dar otro salto de fe en busca de recuperar la confianza de su exigente comunidad, renaciendo literalmente con Final Fantasy XIV: A Realm Reborn. A partir de ese momento, la ahora plataforma de Square Enix ha seguido subiendo como la espuma, al punto de actualmente registrar más de 10 millones de usuarios activos. Estamos en pleno 2019 y la tercera expansión bajo el nombre de Shadowbringers acecha desde las sombras, prometiendo seguir con lo que sin duda alguna, se está convirtiendo en una tradición.