Con la llegada de Stories a Instagram, Facebook consolida su ADN ganador frente a quien sea. Snapchat tiene motivos para preocuparse como Vine en su día.
¿Se acuerdan de Vine? Era una app divertida, viral, que alcanzó la fama muy rápido. Llegó en enero de 2013, cuando Instagram todavía no admitía vídeos, algo impensable hoy. Su original formato de vídeos de hasta seis segundos fue un exitazo. Un gran punto para Twitter, su propietaria desde noviembre. El problema es que Twitter (la red social favorita de quien escribe estas líneas, para ir descartando teorías de la conspiración) se ha abonado a la Ley de Murphy: si algo puede salir mal, saldrá mal. Ni cuatro meses tardó Instagram en integrar vídeos en su app, justo para cuando el aniversario de su compra por parte de Facebook.
Instagram empezó a cavar la tumba de Vine cuando integró vídeos en su app. Ahora apunta a Snapchat, quien rechazó ser comprada por 3.000 millones de dólaresTres años más tarde, Instagram ha dejado a Vine en una posición incómoda. Tan incómoda que ha terminado rompiendo su esencia permitiendo vídeos de hasta ciento cuarenta segundos. Adiós a su ADN, cosa nada reprochable si con él ya no podía amortiguar la caída: reformarte no es pecado cuando estás al borde del precipicio. En 2016, Vine es una sombra de lo que fue, y otras apps empezando por Instagram y terminando por Snapchat se han comido su tarta entera. Enésimo disgusto para Twitter.
En el otro lado, Snapchat, nacida en 2010 …