Atrás quedaron los años en los que Facebook se percibía como un lugar inocuo, incluso simpático, centrado en acercar familias, amigos y establecer lazos que el tiempo y la distancia hacían imposibles. Los recientes escándalos que llevan azotando a la red social desde hace casi dos años están eliminando el velo de «inocencia» que en algún momento tuvo la plataforma, creada por Mark Zuckerberg en 2004, y que ahora, después del robo de datos a 50 millones de personas que Cambridge Analytica utilizó para influir a favor de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, registra su punto álgido. Como consecuencia, la pregunta «¿a dónde van a parar los datos de nuestra vida digital?» se ha viralizado.
«Facebook tiene una herramienta de publicidad muy potente que se mejora a través de nuestra información, que no solo es la del perfil, sino que incluye todo el contenido que generamos: los «me gusta», cuando compartimos noticias, las interacciones con nuestros amigos, el tiempo que estamos conectados…». Así describe las «entrañas» publicitarias de la plataforma de Zuckerberg Esteban Mucientes, experto en marketing digital.
De este modo, las empresas pueden comprar campañas de publicidad «a la carta», en las que pueden elegir desde cosas tan básicas como rango de edad, sexo o procedencia, a cuestiones tan complejas como nuestras preferencias a la hora de viajar, si estamos interesados en un determinado modelo de coche o con qué partido político nos identificamos, como ha ocurrido en el caso de Cambridge Analytics. …