Al igual que Google ha hecho a lo largo de su historia, Facebook también es especialista en cerrar servicios y aplicaciones. La última es Bonfire, lanzada en 2017 como clon de Houseparty, una aplicación que por entonces crecía mucho en Estados Unidos en el ámbito de las videollamadas grupales, y donde sus usuarios empleaban 20 millones de minutos (o 333.333 horas) al día usándola.
Más allá de las videollamadas grupales "simples", con Bonfire Facebook pretendía lanzar un servicio más enfocado a esta era, la de la realidad aumentada, en la que hemos conocido el éxito de los Animoji, de los filtros y de los stickers en 3D que se adaptan a nuestras caras y gestos. Ahora, con su cierre, y ni siquiera habiendo llegado a Estados Unidos, no es difícil considerarla un experimento, otro más de la red social.
En Genbeta
Para el Mark Zuckerberg de 2010 "la era de la privacidad había acabado", pero en 2019 "el futuro es privado"
Al final, si lo pensamos, desde que Facebook comprara Instagram o WhatsApp, no ha tenido éxito lanzando nuevas aplicaciones, aunque sí "copiando" nuevas funciones a competidores, como acredita el caso de las Stories frente a lo que ya había en Snapchat.
Bonfire no ha llegado a integrarse en la familia de apps de Facebook, pero sus funciones sí lo han hecho (y las que no pueden hacerlo en un futuro)
Cuando Bonfire fue concebida, clonando …