Los sistemas de visión nocturna de alta gama tienen una limitación: el peso y volumen de sus sistemas de refrigeración. Para detectar la radiación infrarroja, estos dispositivos dependen de sensores fabricados con telururo de mercurio y cadmio, materiales extremadamente sensibles, pero que requieren mantenerse a temperaturas criogénicas. Eso está a punto de cambiar totalmente.
Un equipo del MIT desarrolló un nuevo material ultrafino capaz de detectar radiación infrarroja al estilo de la película Depredador y sin necesidad de refrigeración; incluso supera en sensibilidad a los sensores actuales que dependen del frío extremo. La clave está en una combinación de innovación en materiales piroeléctricos y una sorprendente propiedad antiadherente a nivel atómico.
Una receta que incluye plomo, grafeno y mucho ingenio
Fabricar capas de material sensible al calor con un grosor de apenas 10 nanómetros es un reto, principalmente porque tienden a quedarse pegadas al sustrato donde se cultivan, como un huevo en una sartén sin teflón. La técnica tradicional, conocida como epitaxia remota, introducía una capa de grafeno para facilitar el despegue, pero resultaba cara, lenta y difícil de escalar.
Los investigadores del MIT, encabezados por Xinyuan Zhang, se dieron cuenta de que podían saltarse el grafeno si usaban un material llamado PMN-PT (niobato de plomo y magnesio-titanato de plomo). Este compuesto no solo facilitaba el despegue de las películas ultradelgadas sin romperlas, sino que además tenía propiedades piroeléctricas excepcionales.
Según un comunicado del MIT, el plomo presente en la estructura química del PMN-PT …