Los ingenieros de la NASA protegen los escapes de sus cohetes espaciales con una densa espuma que sella la salida y evita que entre el polvo o la humedad. Cuando llega el momento de encender el cohete no se molestan en retirar esta tapa. Simplemente encienden el motor y dejan que los 9,2 millones de libras de empuje del SLS hagan su trabajo.Read more...