Viajas en avión y estás agotado. Te dispones a ver una película o echar una cabezada. Pulsas el botón para reclinarte y... pueden pasar tres cosas: el de atrás no dice nada; se inclina también creando un efecto dominó en toda la cabina, o —¡agh!— se pone hecho una fiera porque tu asiento va a dar en sus rodillas.Read more...