Los mosquitos del género Anopheles, responsables de transmitir la malaria a millones de personas cada año, podrían enfrentarse a un nuevo enemigo, la sangre humana tratada con un fármaco llamado nitisinona. Según una investigación publicada en Science Translational Medicine, este medicamento no solo es seguro para los humanos, sino que es letal para los mosquitos que se alimentan de quienes lo han tomado.
La idea no es nueva pues ya se había probado la ivermectina, un antiparasitario conocido, como método para volver tóxica la sangre humana frente a los insectos. Pero los resultados en campo han sido limitados y el medicamento presenta problemas ambientales y de resistencia. La nitisinona, en cambio, está mostrando un perfil mucho más prometedor.
De la medicina genética a la guerra contra los mosquitos
La nitisinona fue aprobada por la FDA para tratar la tirosinemia tipo 1 y más recientemente, la alcaptonuria, dos enfermedades hereditarias raras que afectan el metabolismo de la tirosina. Pero su potencial como insecticida sistémico fue descubierto casi por accidente. De acuerdo con la investigación, científicos de la Universidad de Notre Dame notaron que los mosquitos morían al alimentarse de la sangre de pacientes que tomaban nitisinona.
El mecanismo es que el fármaco inhibe una enzima en la digestión de la tirosina, indispensable para que los insectos hematófagos puedan procesar la sangre. Al bloquear esta vía, el mosquito muere rápidamente por acumulación de subproductos tóxicos. El efecto se produce en menos de 24 horas.
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