El marcapasos, el horno de microondas, el teflón, el velcro, los rayos X y hasta la penicilina. ¿Qué tienen en común todos estos inventos? Se descubrieron por accidente. Como es usual en la ciencia, muchos hallazgos salen a la luz aunque tal resultado no se buscara originalmente. Este es el caso de un condensador de energía. ¿Su característica? Es 19 veces mayor que la de los modelos actuales.
¿Qué son los condensadores? Para entrar en contexto, es pertinente responder esta pregunta. A grandes rasgos, son componentes electrónicos capaces de almacenar energía en un campo eléctrico, su gran particularidad es que pueden descargarse rápidamente. En caso de que te preguntes para qué sirven, básicamente funcionan como "baterías" capaces de liberar energía eléctrica de forma controlada.
Vehículos eléctricos. Este es un ejemplo de sus aplicaciones. En sistemas que requieren un alto rendimiento, se necesitan condensadores que puedan cargar y liberar electricidad a velocidades extremadamente rápidas. Aunque los materiales ferroeléctricos ofrecen esa capacidad, su principal desventaja es que almacenan poca energía, lo que los hace insuficientes cuando se demanda bastante potencia.
El hallazgo. Inspirados por investigaciones previas, un equipo de científicos de Corea, la Universidad de Washington y el MIT desarrolló una heteroestructura compuesta por capas de titanato de bario y un semiconductor ultradelgado. De forma inesperada, observaron que la electricidad se acumuló en las uniones entre los materiales, lo que hizo que la estructura tardara más en regresar a su estado original.
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