De momento se trata de un prototipo de Adidas: unas zapatillas de deporte biodegradables que una vez desechadas desaparecen en 36 horas. Las zapatillas están fabricadas con un material nuevo llamado Biosteel (creado por la compañía alemana AMSilk), una de cuyas propiedades es que permite que sea el usuario quien recicle el producto, o al menos una parte del producto una vez deja de utilizarlo. Según cuentan en FastCo. la suela es de goma convencional al menos en el prototipo, por lo que esa parte no podría reciclarse en casa.

Para deshacerse del resto del calzado, sin embargo, bastará con colocar la zapatilla en el lavabo, llenarlo de agua y verter en ella un sobre con una enzima; la enzima inicia una reacción química que desintegra la zapatilla en un día y medio: 36 horas después basta con quitar el tampón del fregadero y dejar que el agua (y la zapatilla disuelta) se vaya por el desagüe.

Dos ventajas del Biosteel es que no está basado en combustibles fósiles y además «contribuye a reducir las basura de plástico que amenazan los océanos». Según un portavoz de Adidas, la compañía trabaja en otro producto para fabricar prensar con plástico «pescado» en los océanos, aunque el fin último de la compañía es desarrollar nuevos materiales y «sustituir el uso de materiales plásticos en todos sus productos.»

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