Sabemos desde hace mucho tiempo de lo difícil que resulta adaptar películas al cine ya que es muy difícil capturar la esencia de un medio interactivo y trasladarla a una historia hecha para la pantalla grande. Cosas como la película de Mortal Kombat, que tuvo una clasificación PG-13, quitándole toda la violencia (o sea, todo lo que hace que MK sea lo que es), Final Fantasy (que simplemente no tiene historia) o Alone in the Dark (que ni siquiera tiene algo que ver con su material de origen), son solo ejemplos de algunos fracasos al llevar videojuegos al cine. Y