El hormigón es, sin duda, uno de los materiales más utilizados en la historia de la humanidad. Hasta ahora, sigue como un pilar de la construcción moderna. A pesar de que se han buscado alternativas más sostenibles, como la madera, el hormigón continúa siendo una opción viable, utilizada incluso en centrales nucleares gracias a su capacidad de aislamiento y resistencia estructural.
Ahora, un nuevo estudio ha revelado que la radiación nuclear puede tener un efecto “inusual” en este material: el bombardeo radiactivo podría actuar como un mecanismo de reparación interna.
Según los autores del estudio —un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio—, la intención original no era crear un hormigón capaz de autorrepararse, sino entender cómo la radiación afecta su integridad, especialmente ante la preocupación por su capacidad para contener la radiación en instalaciones como las plantas nucleares.
El objetivo era analizar el impacto de la radiación en el cuarzo, un componente común en la roca utilizada para mezclar el hormigón. Medir esta influencia ayudaría a comprender mejor cómo se comporta la estructura del material frente a condiciones nucleares.
El hallazgo principal sugiere que, en teoría, las estructuras de hormigón son más estables a largo plazo de lo que se creía. La radiación parece relajar la estructura del cuarzo, permitiendo una ligera recuperación de su interior.
Cómo funciona el proceso de "autocuración"
En el estudio se analizaron los efectos de la irradiación de neutrones …