Apple es tan celosa con la privacidad que a día de hoy lleva una década de juicios por ello. La protección es tal que, cuando el gobierno del Reino Unido ordenó a Apple construir una puerta trasera para darle acceso a datos de usuarios globales, la marca se negó en rotundo.
Por eso, esta privacidad extrema choca cuando podemos leer decenas de correos de [email protected], la cuenta personal de Steve Jobs. Correos que enviaba en plena madrugada a sus compañeros más fieles, decenas de ellos, desde el teclado de su escritorio o su iPad. Estas son las razones.
Un inmenso archivo público
Durante años hemos visto distintos memorándums, cartas de empresa y rutas de trabajo firmadas por el propio Jobs. Por tener, hasta tenemos acceso a uno de los últimos emails que Steve Jobs envió. Un año antes de fallecer, a las 11 de la noche, Steve se mandó este correo a sí mismo:
Cultivo poco de lo que como y, de lo poco que cultivo,
no crie ni perfeccioné las semillas.
No confecciono mi propia ropa.
Hablo una lengua que no he inventado ni perfeccionado.No descubrí las matemáticas que utilizo.
Estoy protegido por libertades y leyes que no he concebido, legislado, aplicado o juzgado. Me conmueve música que no he compuesto yo mismo.
Cuando necesité atención médica, no pude "ayudarme" a sobrevivir.Yo no inventé el transistor,
el microprocesador, la programación orientada a objetos
ni la mayor parte de la tecnología con la que trabajo.Amo y admiro a …