En ocasiones, los mercados bursátiles juegan "chueco" a las empresas. Un de ello es el golpe que sufrió la fortuna de Jeff Bezos a principios de agosto, cuando tuvo una caída valorada en 6,400 millones de dólares. Para un simple mortal, son cifras exorbitantes; para el CEO de Amazon, otro día en la oficina.
No es la primera vez que la compañía de venta en línea se enfrenta a "tsunamis" capaces de hundir el precio de sus acciones. En el año 2000, Amazon cayó un en 80% de su valor en la bolsa. Con una serenidad envidiable e inamovible, Bezos se limitó a realizar una sola cosa: una carta dirigida a los accionistas.
"Ouch. Ha sido un año terrible para muchos en los mercados de capitales y ciertamente también para los accionistas de Amazon.com". Con estas dos primeras líneas en su escrito, Bezos reconoció lo evidente: la severa e inadvertida caída en las acciones de la compañía.
Más allá de evidenciar la situación, el CEO de Amazon aprovechó el comunicado no solo para abordar la crisis en el mercado que provocó tal situación, sino también para enfatizar las oportunidades de crecimiento a largo plazo de la empresa y solicitar calma y confianza a sus inversores.
Con la honestidad de por medio, esta acción fue el primer paso para "tantear" el terreno, con el fin de que la empresa se orientara hacia una evaluación más profunda y estratégica. Les hizo ver que Amazon …