Ingresar a una carrera universitaria es complicado. Costearla, también. Eso se da en muchas partes del mundo, pero en Corea del Sur el sistema educativo ha llegado un nivel de exigencia tan extremo que no basta con sacar buenas notas a nivel bachillerato, se tienen que preparar desde los cinco años.

La competencia por acceder a una escuela de calidad es altísima. Es así que los niños surcoreanos se han visto obligados a destacar desde muy temprana edad al asistir a clases extracurriculares. Además de fortalecer sus capacidades mientras juegan, el objetivo principal es prepararlos para el futuro.

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Conocidos como hagwons, estos centros académicos privados ofrecen clases enfocadas al deporte, música u otras actividades culturales. No obstante, según un reporte de Deutsche Welle, las materias con mayor demanda son inglés y matemáticas. ¿Por qué? La garantía de aprobar el examen de admisión a la universidad.

Para ejemplo de ello, Creatrip recuperó el caso de un pequeño que, a sus ocho años, asistía a 11 clases adicionales a la semana. Desde lecciones de inglés, chino, historia, violín, ballet, matemáticas hasta composición musical, este es solo uno de los muchos niños a los que se les inculca un plan de estudios exigente a sobremanera.

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