Las próximas cápsulas Dragon V2 llegarán en 2017, creando presión sobre el actual jefe de las misiones tripuladas, las cápsulas Soyuz rusas. La nueva realidad económica y la presión de Space X, hacen que Rusia tenga que reorganizar su programa espacial.
Recorte tras recorte, y reenfoque tras reenfoque, la NASA ha ido dependiendo más y más de la Agencia Espacial Rusa para poner a sus astronautas y tecnología en órbita durante la última década.
Rusia modernizará y privatizará en parte su programa espacial, y contará con un gigante tercer puerto espacial en la frontera con ChinaTras ser retirado el último de los cuatro transbordadores estadounidenses, la NASA pasó a depender de los cohetes Soyuz rusos de forma constante. Pero el plan de tener una industria privada fuerte a la que contratar las puestas en órbita, y su principal actual actor, Space X, ha dado un vuelco total a la situación. Los cohetes, reutilizabas y no, han creado una fuerte presión en los precios por tonelada y por astronauta puesto en órbita, y Rusia no parece poder competir actualmente con su programa militar estatal.
Tras la disolución esta semana del Roscosmos, la Agencia Federal Espacial rusa, que será convertido en una empresa estatal. El objetivo de Rusia es múltiple: reducir los costes de su programa espacial, competir con la nueva industria privada americana, reducir dependencia de Baikonur.
Baikonur es el puerto espacial soviético que quedó en suelo Kazajo tras la disolución de la URSS, y que Rusia tiene alquilado hasta 2050 por 115 millones de …