Electronic Arts, una de las gigantes de la industria, lleva varios años alejada del nivel de calidad al que nos tenía acostumbrados. ¿Qué pasa en la compañía californiana?
Algo está pasando en Electronic Arts. La que en 2012 y 2013 fuera elegida por los usuarios de Consumerist como la peor empresa de Estados Unidos se ha quitado ya esa losa pero mantiene una trayectoria un tanto errática e imprevisible. La llegada de Andrew Wilson a la presidencia de la compañía parecía ser una apuesta por la renovación pero en sus primeros años al mando las cosas parecen haber cambiado muy poco.
De hecho, con un salto generacional de por medio, Electronic Arts lleva demasiado tiempo viviendo de rentas mientras que, por su parte, ese éxito comercial que es FIFA, sigue muy lejos del lavado de cara técnico y las evoluciones jugables que hubiera cabido esperar tras tantos años siguiendo una fórmula prácticamente idéntica a todos los niveles. Seguimos año tras año con el tan criticado handicap en los partidos online, un Ultimate Team en el que se sigue sin castigar la compra ilegal de monedas y un largo etcétera.
En estos primeros coletazos de la actual generación, Electronic Arts ha seguido una tónica un tanto irregular. En sus lanzamientos recientes encontramos un mediocre reboot de Need for Speed que ha funcionado mal a nivel de ventas, un Star Wars Battlefront duramente criticado por su política de DLC y por no aprovechar todo lo bien que debería una franquicia como la que representa o …