Aunque el Papa Francisco pidió austeridad y creatividad para sanear las finanzas del Vaticano, su sucesor Leo XIV comienza su pontificado con un déficit que estremece. Según Corriere della Sera, el agujero se acerca a los 2.000 millones de euros, especialmente en el fondo de pensiones. ¿Qué papel jugará ahora el primer Papa estadounidense?