Se ha olvidado rápidamente, pero en la WWDC 2021 Apple hizo un esfuerzo no precisamente pequeño cambiando el diseño de Safari y cambiando el comportamiento de sus pestañas. Se buscaba simplificar la interfaz, reduciendo la cantidad de botones y fundiendo el color de la web con el de la propia barra de título. El resultado no puede calificarse de otra forma: fue un fracaso total.
La opción sigue ahí, pero recogió muchas críticas y Apple se vio obligada a revertir su diseño por defecto al antiguo. En su momento nos sirvió para recalcar que cambiar un navegador es cambiar la costumbre arraigada de millones de personas, y eso no es nada fácil. Pero Safari tiene varios caminos por los que poder mejorar sin arriesgar cambios que no convenzan a los usuarios.
Más privacidad ya no va a ser la receta para más usuarios en Safari
Las dos grandes ventajas de Safari son su rendimiento optimizado con el hardware de Apple y su defensa de la privacidad. Pero en esos dos aspectos ya hay rivales serios: el rendimiento de Chrome en macOS ha superado al de Safari en algunos benchmarks, y DuckDuckGo ha estrenado su propio navegador en los Mac para quien quiera enfocarse en defender esa privacidad al máximo nivel.
Ergo, Safari debe buscar más motivos para poder recuperar una cuota de mercado que poco a poco se reduce (ahora mismo está quedando incluso tras Microsoft Edge). ¿Qué puede hacer Apple para …