Los ordenadores de 8 bits han dejado una huella indeleble en muchos aficionados a la informática. Estas máquinas con vocación esencialmente doméstica, pero dotadas de capacidades muy solventes en un escenario de uso profesional de la época, pusieron en las manos de muchas de las personas nacidas antes de los años 90 la primera toma de contacto con un ordenador. Todos ellos tenían las carencias inevitables impuestas por el desarrollo tecnológico de la época, pero fueron unas máquinas que hicieron disfrutar muchísimo a quienes tuvimos la suerte de tener una de ellas.
Su hardware no tardó en ser claramente superado por los ordenadores de 16 bits, como los Commodore Amiga, los Atari ST y los PC de la época, pero, aun así, máquinas como los Commodore 64 y 128, los Amstrad CPC, los MSX o los ZX Spectrum han pasado a la historia por la indiscutible importancia que tuvieron en la consolidación de la informática doméstica. Todos los equipos que he mencionado gozaron de buena salud comercial, pero no tuvieron la misma aceptación en todos los mercados. Este artículo está dedicado a uno de ellos, al Spectrum, un ordenador con unas prestaciones modestas y un precio igualmente comedido que gozó de una enorme popularidad en los 80 y principios de los 90.
El primer ZX Spectrum tenía solo 16 kbytes de memoria principal y necesitaba trabajar en tándem con un casete monofónico para cargar los juegos y los programas almacenados en las mismas cintas en las que se distribuía la …