Aparte de que demos o no por válido 42 como el sentido de la vida, el universo y todo lo demás hay otro punto de vista que es el que explica este vídeo animado de Minuto de Física, uno de nuestros canales divulgativos favoritos.
El asunto es dar un paso atrás y examinar el concepto de vida, entendida como «lo que hacen los seres vivos» y preguntarse si tiene algún propósito o sentido en relación con el universo. Y aquí es donde entra en juego la entropía.
Si se mira el universo en su conjunto se observa la inmutable e inexorable regla que dice que la entropía aumenta a medida que pasa el tiempo (y en principio el tiempo no puede ir «al revés»). Y esto más que una regla es una ley física que no se puede romper, de modo que el final inevitable del universo parece ser algo oscuro y frío. Frío de narices, de 0 grados Kelvin, si acaso se alcanzan porque el propio tiempo no desaparezca antes. Lo llaman «muerte térmica» o Gran Congelación e incluye adjetivos como «un lugar inimaginablemente enorme e increíblemente frío (…) Un escenario de oscuridad, vacío, y desolación».
Sin embargo nos enfrentamos a la aparente paradoja de los seres vivos: entidades que parecen invertir la entropía, utilizando energía desordenada, profusa y caótica convirtiéndola (por ejemplo mediante fotosíntesis) en complejos químicos más organizados, en más seres vivos (reproducción) e incluso en órganos como los cerebros, de los que surgen más paradójicamente …