Como se suele decir: la banca nunca pierde.
La mayor parte de los servicios más populares en este momento están vinculados a apps que, de una forma u otra, hacen de intermediarios de los servicios que antaño corrían de nuestra cuenta. La cuestión en todo esto es que, a veces, traspasar el trabajo a un tercero tiene un coste. Ya sea por parte del usuario, de la empresa de origen o por el intermediario, alguno tiene que hacerse cargo de las comisiones que implican recibir la comida o cualquier cosa en casa a la hora que necesitemos, un taxi en la puerta de casa o nuestro destino vacacional. Por norma general, los que peor salen parados son los repartidores.
UberX
Usuario: tarifas variables en función de la oferta de coches del momento.
Conductor: debe abonar a Uber el 25% de cada trayecto realizado, más gastos. Ir al punto de recogida del cliente no está incluido en la tarifa del servicio.
Es decir, de la actual tarifa de 15 euros que cuesta ir al aeropuerto de Barajas, Uber se lleva 3,75 euros y cada conductor gana 11,25 euros menos los gastos implícitos.
Cabify
Usuario: tarifas preestablecidas que se mantienen independientemente del tráfico y la oferta de coches.
Conductores: deben abonar a Cabify el 20% de cada trayecto realizado, más gastos. Al igual que le sucediese a UberX, tampoco incluyen los gastos de desplazamiento, que corren a cuenta del conductor.
Hailo (lo que queda de ellos hasta que se integren en Mytaxi)
Usuario: se somete a las tarifas establecidas por el Ayuntamiento …