En la era de la comunicación digital, donde hablamos menos y escribimos más, un simple mensaje puede tener múltiples interpretaciones. Monosílabos como “ok”, respuestas frías o el uso de emojis fuera de contexto pueden romper vínculos y alimentar conflictos. El fenómeno conocido como dry texting revela hasta qué punto hemos perdido la calidez emocional al escribir